La cosa, para peor, no es extraña porque ya estamos acostumbrados a ese modo de construir la realidad que impusiera la TV. Michael Moore, entre otros, a lo largo de sus documentales ha mostrado esa manía de las cadenas de TV nacionales por desacreditar a otras naciones y poner de moda declaraciones cerebralmente planeadas que serán repetidas por los zombys de los mass media como si fueran pericos, sin un sólo gramo de materia gris de por medio.
Me pudre, me harta y más cuando los que gimen y se quejan son los creadores o los fanáticos de algún movimiento. Bruce Sterling entre ellos, aunque en su caso no puede considerarse del todo una queja, sino una apuesta por estas nuevas tierras de las que fuera pionero. Si no saben de qué hablo, chequen este trabajo en Excélsior de Patricia Cordero.
Una cosa es cierta: la era digital está aquí y llegó con todo un cargamento de modalidades y de opciones que quienes provenimos de la era analógica, quienes crecimos con máquinas de escribir y bibliotecas con tarjetitas de cartulina por todo catálogo, no terminamos de adaptarnos del todo a esta nueva manera de interrelacionarnos y, creanme, sé de qué hablo.
Pero esto no es para repetir las quejas, sino para contarles el azoro en que me tienen las demás quejas. Azoro porque resulta que aquello que tanto me costaba trabajo encontrar en los tiempos analógicos, aquello que costaba una fortuna, hoy se consigue a la vuelta de un surfeo, dos o tres links, dos o tres clicks.
Hablo, por supuesto de los pulps, de todas aquellas revistas que uno tenía que rastrear en librerías especializadas, en tiendas departamentales de caché, para luego leer con cuidado y con el diccionario en la mano. Asimov Science Fiction y Analog, eran dos de mis favoritas y ahora las descubro aquí, en este ciberespacio; no completamente gratis, pero si con trabajos de libre acceso, esta es la portada del número actual:
Por si fuera poco, hasta la mitológica Locus es encontrable, desde la página de Links de Asimov.
Si no hay CF, si está muerta, quizá todo esto es una mera y asquerosa alucinación, porque no sólo están esas revistas emblemáticas que uno puede leer o, ya de perdida, semi-leer, acudiendo a Google para una completa traducción que no será bonita, pero nos dará una idea, una orientación si en verdad somos bestias para el inglés sino que también hay nuevas opciones en nuestro idioma: acabo de poner los links de algunas revistas de CF en español... Y no es una y yo escribo para una, para la también mitológica: La Langosta Se Ha Posteado.
Así que tengo que repetirlo: supongo que si la CF está muerta, todo lo anterior quiere decir que llegué al paraíso. O sigo en la realidad y me encuentro en un paraíso desierto, deshabitado porque resulta que de lo que más carecen estas revistas literarias es de Imágenes, pero no de letras. Las revistas literarias deben ser de palabras, saben; pero, justo eso parece ser lo que aleja a los navegantes de esta virtualidad, ese desierto de gráficos.
Terrible paradoja, encontrar el paraíso y negarse a quedarse en él porque no hay suficiente movimiento, porque ¡hay que leer! El medio es el mensaje, aseguró McLuhan y es paradójico que el medio pensado por la CF, sea el que menos soporte su mensaje. Dije paradójico, no increíble porque la sobreinformación termina desinformando.
El zombie y el fanático es el título del epílogo de Alain Finkielkraut a su libro La derrota del pensamiento y ahí, asegura:
La barbarie ha acabado por apoderarse de la cultura (...) es la industria del ocio, esta creación de la era técnica que reduce a pacotilla las obras del espíritu (o como se dice en América, de entertainment). Y la vida guiada por el pensamiento cede suavemente su lugar al terrible cara a cara del fanático y del zombie.
Yo no soy zomby, tampoco mero fanático soñando las pasadas glorias de la CF. Soy alguien que detesta mirar de manera permanente este espectáculo estúpido, como si el mundo se hubiera convertido un enorme ring de wrestling (que no de lucha libre) y nada, afuera de esos extremos, existiera.
Por eso escribo, y aunque no lo crean, me divierto haciéndolo.
Y si pueden, gocen más antes de volver.
PD.- Y no dejen de visitar La Langosta. Se aproxima una gran actualización.
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